Susana
+: La piscina. Funcionaba el wifi.
-: No había aire acondicionado, te cobraban 8€ al día por darle uso. Se pegaban las chanclas al suelo, los enchufes amarillos, el mobiliario antiguo, la cama se notaban los hierros, la almohada fina como el papel, vamos, como si no tuvieras. La habitación pegada a la piscina era un foco de ruido, no se podía dormir hasta que no se fuera la gente. No había persianas ni buenas cortinas, por lo tanto se dormía con luz de farolas y por la mañana. No había donde comer. Al estar al otro lado de la carretera, el ruidazo de los vehículos era tremendo…
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